martes, 27 de octubre de 2015

Margarita o el poder de la farmacopea


Adolfo Bioy Casares, "Margarita o el poder de la farmacopea"

No recuerdo por qué mi hijo me reprochó en cierta ocasión:
-A vos todo te sale bien.
El muchacho vivía en casa, con su mujer y cuatro niños, el mayor de once años, la menos, Margarita, de dos. Porque las palabras aquellas traslucían resentimiento, quedé preocupado. De vez en cuando conversaba del asunto con mi nuera. Le decía:
-No me negarás que en todo triunfo hay algo repelente.
-El triunfo es el resultado natural de un trabajo bien hecho -contestaba.
-Siempre lleva mezclada alguna vanidad, alguna vulgaridad.
-No el triunfo -me interrumpía- sino el deseo de triunfar. Condenar el triunfo me parece un exceso de romanticismo, conveniente sin duda para los chambones.
A pesar de su inteligencia, mi nuera no lograba convencerme. En busca de culpas examiné retrospectivamente mi vida, que ha transcurrido entre libros de química y en un laboratorio de productos farmacéuticos. Mis triunfos, si los hubo, son quizá auténticos, pero no espectáculares. En lo que podría llamarse mi carrera de honores, he llegado a jefe de laboratorio. Tengo casa propia y un buen pasar. Es verdad que algunas fórmulas mías originaron bálsamos, pomadas y tinturas que exhiben los anaqueles de todas las farmacias de nuestro vasto país y que según afirman por ahí alivian a no pocos enfermos. Yo me he permitido dudar, porque la relación entre el específico y la enfermedad me parece bastante misteriosa. Sin embargo, cuando entreví la fórmula de mi tónico Hierro Plus, tuve la ansiedad y la certeza del triunfo y empecé a botaratear jactanciosamente, a decir que en farmacopea y en medicina, óiganme bien, como lo atestiguan las páginas de "Caras y Caretas", la gente consumía infinidad de tónicos y reconstituyentes, hasta que un día llegaron las vitaminas y barrieron con ellos, como si fueran embelecos. El resultado está a la vista. Se desacreditaron las vitaminas, lo que era inevitable, y en vano recurre el mundo hoy a la farmacia para mitigar su debilidad y su cansancio.
Cuesta creerlo, pero mi nuera se preocupaba por la inapetencia de su hija menor. En efecto, la pobre Margarita, de pelo dorado y ojos azules, lánguida, pálida, juiciosa, parecía una estampa del siglo XIX, la típica niña que según una tradición o superstición está destinada a reunirse muy temprano con los ángeles.
Mi nunca negada habilidad de cocinero de remedios, acuciada por el ansia de ver restablecida a la nieta, funcionó rápidamente e inventé el tónico ya mencionado. Su eficacia es prodigiosa. Cuatro cucharadas diarias bastaron para transformar, en pocas semanas, a Margarita, que ahora reboza de buen color, ha crecido, se ha ensanchado y manifiesta una voracidad satisfactoria, casi diría inquietante. Con determinación y firmeza busca la comida y, si alguien se la niega, arremete con enojo. Hoy por la mañana, a la hora del desayuno, en el comedor de diario, me esperaba un espectáculo que no olvidaré así nomás. En el centro de la mesa estaba sentada la niña, con una medialuna en cada mano. Creí notar en sus mejillas de muñeca rubia una coloración demasiado roja. Estaba embadurnada de dulce y de sangre. Los restos de la familia reposaban unos contra otros con las cabezas juntas, en un rincón del cuarto. Mi hijo, todavía con vida, encontró fuerzas para pronunciar sus últimas palabras.
-Margarita no tiene la culpa.
Las dijo en ese tono de reproche que habitualmente empleaba conmigo.











Comprensión lectora

Según la tradición, Margarita estaba destinada a...
¿Cómo se llamaba la medicina que tomaba Margarita a diario?
Escribe una palabra que tenga el mismo sentido que "voracidad" en el texto
Contesta verdadero o falso: Al final del relato, Margarita mata a sus padres para conseguir llegar a la comida
Contesta verdadero o falso: El relato está contado en tercera persona.
¿Cuántos niños tiene el hijo del narrador?
¿Qué parentesco tiene Margarita con el narrador de la historia?
La mujer del hijo del narrador es la...

Contesta si es verdadero o falso: El hijo del narrador se enfadó con el narrador por haber tenido tanto éxito con su medicina.


Análizis del conejo


Cuento

Conejo-Abelardo Castillo-


a) ¿Qué significa la pérdida de la inocencia para el niño?

b) ¿Qué carga el niño en su moral? ¿Por qué?

c) ¿Qué le brinda el juguete en su soledad?

d) ¿Por qué habla con el Conejo y no con los adultos?

e) ¿Por qué el niño rompe finalmente el Conejo?

f) Argumento del cuento.

g)Clase de cuento, características. Transcribir del cuento ejemplos que lo llevaron a la conclusión.

h)Núcleos narrativos.

i)Punto de vista del narrador.


Conejo
ABELARDO CASTILLO 


Y cualquiera que escandalizare a uno de estos
pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le 
colgase al cuello una piedra de molino de asno, y 
se le anegase en el profundo de la mar.
MATEO, XVIII: 6

No va a venir. Son mentiras lo de la enfermedad y que va a tardar unos meses; eso me lo dijo tía, pero yo sé que no va a venir. A vos te lo puedo decir porque vos entendés las cosas. Siempre entendiste las cosas. Al principio me parecía que eras como un tren o como los patines, un juguete, digo, y a lo mejor ni siquiera tan bueno como los patines, que un conejo de trapo al final es parecido a las muñecas, que son para las chicas. Pero vos no. Vos sos el mejor conejo del mundo, y mucho mejor que los patines. Y las muñecas tienen esos cachetes colorados, redondos. Caras de bobas, eso es lo que tienen.
A mí no me importa si no está. Qué me importa a mí. Y no me vine a este rincón porque estoy triste, me vine porque ellos andan atrás de uno, querés esto y qué querés nene y puro acariciar, como cuando te enfermas y andan tocándote la frente, que parece que los tíos y los demás están para cuando uno se enferma y entonces todo el mundo te quiere. Por eso me vine, y por el estúpido del Julio, el anteojudo ese, que porque tiene once años y usa anteojos se cree muy vivo, y es un pavo que no ve de acá a la puerta y encima siempre anda pegando. Se ríe porque juego con vos, mírenlo, dice, miren al nenito jugando al arrorró. Qué sabe él. Los grandes también pegan. Las madres, sobre todo. Claro que a todos los chicos les pegan y eso no quiere decir nada, pero igual, por qué tienen que andar pegando siempre. Vos, por ahí, vas lo más tranquilo y les decís mira lo que hice, creyendo que está bien, y paf, un cachetazo. Ni te explican ni nada. Y otras veces puro mimo, como ahora, o como cuando te hacen un regalo porque les conviene, aunque no sea Reyes o el cumpleaños.

Yo me acuerdo cuando ella te trajo. Al principio eras casi tan alto como yo, y eras blanco, más blanco que ahora porque ahora estás sucio, pero igual sos el mejor conejo de todos, porque entendés las cosas. Y cómo te trajo también me acuerdo, toma, me dijo, lo compré en Olavarría. El primo Juan Carlos que vive en Olavarría a mí nunca me gustó mucho: los bigotes esos que tiene, y además no es un primo como el Julio, por ejemplo, que apenas es más grande que yo. Es de esos primos de los padres de uno, que uno nunca sabe si son tíos o qué. Era una caja grande, y yo pensaba que sería un regalo extraordinario, algo con motor, como el avión del rusito o una cosa así. Pero era liviano y cuando lo desaté estabas vos adentro, entre los papeles. A mí no me gustaba un conejo. Y ella me dijo por qué me quedaba así, como el bobo que era, y yo le dije esto no me gusta para nada a mí, mira la cabeza que tiene. Entonces dijo desagradecido igual que tu padre.

Después, cuando papá vino del trabajo, todavía seguía enojada y eso que había estado un mes en Olavarría, lejos de papá, y que papá siempre me dice escribile a tu madre que la extrañamos mucho y que venga pronto, pero es él el que más la extraña, me parece. Y esa noche se pelearon. Siempre se pelean, bueno: papá no, él no dice nada y se viene conmigo a la puerta o a la placita Martín Fierro que papá me dijo que era un gaucho. A papá tampoco le gustó nunca el primo Juan Carlos. Y yo no te llevo a la placita, pero porque tengo miedo que los chicos se rían. Ellos qué saben cómo sos vos. No tienen la culpa, claro, hay que conocerte. Yo, al principio, también me creía que eras un juguete como los caballos de madera, o los perros, que no son los mejores juguetes. Pero después no, después me di cuenta que eras como Pinocho, el que contó mamá. Ella contaba cuentos, a la mañana sobre todo, que es cuando nunca está enojada. Y al final vos y yo terminamos amigos, mejor que con los amigos de verdad, los chicos del barrio digo, que si uno no sabe jugar a la pelota en seguida te andan gritando patadura, anda al arco querés, y malas palabras y hasta delante de las chicas te gritan, que es lo peor. Una vez me dijeron por qué no traes a tu hermanito para que atajen juntos, y se reían. Por vos me lo dijeron, por los dientes míos que se parecen a los tuyos. Me parece que te trajeron a propósito a vos, por los dientes.

Ellos vinieron todos, como cuando la pulmonía. Y puro hacer caricias ahora, se piensan que uno es un nenito o un zonzo. O a lo mejor saben que sé, igual que con los Reyes y todo eso, que todo el mundo pone cara de no saber y es como un juego. Y aunque el Julio no me hubiera dicho nada era lo mismo, pero el Julio, la basura esa, para qué tenía que venir a decirme. Era preferible que insultara o anduviera buscando camorra como siempre y no que viniera a decir esa porquería. Si yo ya me había dado cuenta lo mismo. Papá está así, que parece borracho, y dice hacerme esto a mí. Y ellos le piden que se calme, que yo lo estoy mirando. Entonces me vine, para hablar con vos que lo entendés a uno y sos casi mucho mejor que el tren y ni por un avión como el del rusito te cambiaba, que si llegan a imaginar que yo te iba a querer tanto no te traen de regalo, no. Y nadie va a llorar como una nena porque ella está enferma y no puede volver por un tiempo. Y si son mentiras mejor. Oscarcito tampoco lloraba. Ese día también había venido mucha gente, pero era distinto. En la sala grande había un cajón de muerto para la mamá de Oscarcito. Estaba blanca. Oscarcito parecía no entender nada, nos miraba a todos los chicos, pero no lloró, le decían que la mamá de él estaba en el cielo. Y esto es distinto. Mi mamá no está en el cielo, en Olavarría está. El Julio, la basura esa de porquería me lo dijo, pero a lo mejor se fue enferma a algún otro lado y por qué no puede ser. Todos lo dicen. Todos menos el primo Juan Carlos, que tampoco está. Y mejor si no está, que a mí no me gustó nunca por más que ella dijera tenes que quererlo mucho, y una vez que yo fui a Olavarría no los dejaba que se quedaran solos. Anda a jugar al patio, siempre querían que me fuera a jugar al patio: ella también. Y después puro regalar conejos, sí. Se creen que uno no se da cuenta, como ahora, que si estuviera enferma no sé para qué lo andan aconsejando a papá y él me mira, y se queda mirándome y me dice hijo, hijo. Y a veces me dan ganas de contestarle alguna cosa, pero no me sale nada, porque es como un nudo. Por eso me vine. Y no para llorar tranquilo sin que me vean. Me vine porque sí, para hablar con vos que lo entendés a uno, y sos el mejor conejo de todos, el mejor del mundo con esas orejas largas, y dos dientes para afuera, como yo cuando me río.

Me parece que no me voy a reír nunca más en la vida yo. Eso es lo que me parece.
Y al final a nadie se le importa un pito de los dientes, porque yo te quiero lo mismo y te quiero porque sí, porque se me antoja. No porque ella te trajo y mejor si no va a volver. Ojalá se muera. Y lo que estoy viendo es que esa cabeza, que tenes no es nada linda, no, y si quiero vamos a ver si no te tiro a la basura, que al final de cuentas nunca me gustaste para nada vos. Y lo que vas a ganar es que te voy a romper todo, los dientes, y las orejas, y esos ojos de vidrio colorado como los estúpidos, así, sin que me dé ninguna gana de llorar ni nada, por más que te arranque el brazo y te escupa todo, y vos te crees que estoy llorando, pero no lloro, aunque te patee por el suelo, así, aunque se te salga todo el aserrín por la barriga y te quede la cabeza colgando, que para eso tengo el tren y los patines y...






Análisis del Cuento Conejo 
Por Marta Mutti
Abelardo Castillo recorre la arista ríspida de los sentimientos desde una narrativa que deja al descubierto los aspectos más crueles y oscuros. Cierto es, que las líneas por donde corren las historias, responden a un gran manejo de la estructuras semánticas y de estilo. Existe en sus textos una precisión casi absoluta. Un rigor 
matemático, que a veces sofoca y nos deja perplejos frente al producto final: sorprendente, extraño, revelador. Trabajo que tiene como eje central a la evolución de los personajes (hasta su encarnadura), la función definitoria de la digresión en la trama y el escenario donde se cumple; esta casi ceremonia.
Una muestra de ello lo podemos constatar en el presente cuento: Conejo.
El centro de la historia gira sobre el momento en que se deja atrás la niñez, siendo todavía; un niño. Parado en los tiempos de los años de la inocencia, el protagonista tiene que enfrentarse a la finitud de un mundo construido desde el alcance de la propia mirada, con sus reglas de orden y juego La burbuja brillante y protectora ha roto sus membranas y el afuera llega a él con sus ruidos, olores, y pasiones. Ya no puede dejar de ver el el mundo de los adultos.
La pérdida de la inocencia no es otra cosa que la toma de conciencia
toma de conciencia de otros estados del ser, los propios, y de aquellos que nos acompañan, involucrándonos o no. Entonces las cosas no son como nos dijeron. La madre y el padre, tienen otros espacios en sus vidas esperando por ellos y en los que el niño queda fuera. Y ese nuevo orden - lugar - situación al que el niño deberá ingresar gradualmente y mediante el proceso de la abstracción, lo sumerge en un terreno cenagoso.
Ya no hay tierra firme debajo de los pies, El mundo se ha dado vuelta del revés y hay que ajustarse a sus hilos desmadejados, a sus colores raídos, y al caos de los cambios. Entonces el niño personaje, y el personaje niño, tiene que cargar en su moral: mentiras, manipulación, frustración, protagonismo, afecto, las infidelidades propias y las de los adultos, que hasta ayer, desempeñaron su tarea como contenedores y dosificadores de este pasaje. 
Nuestro niño del cuento, descubre que está solo en medio de la gente, y que desde esa soledad deberá encontrar un camino donde realizar el aprendizaje. Nada se construye de golpe y sin otro, en quien apoyarse, manifestar dudas, temores, sorpresas. Siempre hay una 
figura, una silueta que nos brinda su colaboración, aún desde el silencio. Un anciano, un maestro, un juguete. Un Incondicional. Un siempre presente, inclaudicable, sin renuncias. Un algo o alguien capaz de soportar 
la descarga de nuestro dolor, frustración y nuestro maltrato. Y sobre todo desde el silencio. El trabajo literario de la trama y el efecto se muestran desde el soliloquio. Ese monólogo ininterrumpido, dirigido a un interlocutor que sabemos que no va a responder, porque no puede o no está presente. Lo que nos deja en total libertad de ir y venir con nuestros cuestionamientos y reflexiones. Los niños instintivamente saben que el entorno no siempre está listo para escucharlos. Es muy natural que el niño hable solo, esto forma parte de su desarrollo cognitivo. Les permite coordinar sus actos con sus pensamientos para aprender a manejar, o adaptarse a las nuevas situaciones y superar a su modo, las dificultades.
Vemos que Abelardo Castillo utiliza deliberadamente este modo discursivo con varios fines. Uno de ellos por ejemplo, es la fuerza de la voz narradora desde la segunda persona, que le da espacio para la teatralización del drama. Otro es la vía directa, llana y genuina que provee la voz infantil. Desde su "inocencia", expresa lo que ve y siente, tal como es y como se van resolviendo dentro del escenario de su experiencia de vida.


Chejov


Chejov

1)¿Quiénes crean el teatro de arte de Moscú?


El teatro ruso empezó a desarrollarse en las postrimerías del siglo XVIII. 
Las figuras más representativas, como Alexánder Ostrovsky y Nikolái Vasílievich Gógol, eran algo realistas en lo que se refiere al estilo, pero el naturalismo se impuso a finales del XIX con las obras de Liev Tolstói y Maksim Gorki. 
Antón Chéjov, aunque más acertadamente considerado simbolista, tiene rasgos realistas en sus obras y fue interpretado con frecuencia como naturalista. 
Konstantín Stanislavski, un director que se hizo a sí mismo, en principio siguiendo los preceptos del duque de Saxe-Meiningen, fundó en 1898 el Teatro de Arte de Moscú con Vladimir Ivanóvich Nemírovich-Danchenko para la producción de teatro realista. 
Tuvieron gran éxito con las obras de Chéjov. 


2)¿Cuáles son las pautas que importan?

El teatro de la atmósfera y la naturalidad en contra de la teatralidad. La declamación.

3)¿Quién era  el Factotum?

De la representación, el director.

4) El  realismo ¿Qué era?

El realismo  tenía que transformar en intelectual, se iba a tratar de ahondar en los espíritus, se iba a lograr un teatro de atmósfera que el público sintiera sus estados de animo.

5) ¿Qué pide Chejov en sus obras?

Él no soportaba la mentira, buscaba siempre la verdad, parecida a la verdad de Ibsen.

6)¿Cómo es esa verdad en él?

Es una verdad más filosófica, la más cruel es la de Ibsen. Toma en cuenta la verdad de la vida.

7)¿Qué odiaba?

La falsedad y la mentira que cubría la verdad más cruel o grosera.



8)¿Qué espera de los personajes?

Que los personajes sean sencillos.

9)¿Qué pide Stanislavski?

Que fueran a interpretar y constituyeran una comunidad mística. La actuación era un sacerdocio.

10) ¿Cómo pinta la vida?

Pretende pintar la vida tal cual es.

11) ¿Qué se debe expresar en escena?

La vida tal cual es, complicada y sencilla.

12)¿Qué suprime Chejov?

Suprime la acción y los sucesos espectaculares. Él estaba en contra de la intriga ya que consideraba que el que trabajaba con ella se dedicaba a un oficio y no lo quiere ver así sino como algo místico.

13) Según él ¿dónde se encuentra el drama del hombre?

Se encuentra en el interior, no son sus manifestaciones exteriores porque el drama del hombre no lo vemos, está oculto ante nuestros ojos y ocasionalmente emerge a la superficie.

14) ¿Qué es lo que no hay en los dramas de Chejov?

No hay luchas espectaculares, victorias y derrotas.

15)¿Qué impresión tiene el espectador?

Tiene la impresión de que no pasa nada, de que nada sucede y sin embargo el espectador a pesar de eso sigue el alma del hombre, el devenir del alma del hombre.
En la obra el hombre goza, se transforma y muere.

16)¿Le interesa la intriga?

No. La considera un oficio, le interesa la verdad de la vida.

17)¿Qué le da al espectador?

Lo enfrenta con el alma desnuda de los personajes. Para interpretar a Chejov hay que leer además del texto, el subtexto, allí vamos a encontrar la vida interior de los personajes.

18)¿Qué sugiere la proliferación de los puntos suspensivos?

Sugiere que el personaje sigue pensando y sintiendo.

19)¿Qué encierra Chejov en los puntos suspensivos?

Encierra el subtexto del drama.

20)¿Qué son las palabras para él?

Son el subtexto en forma imperfecta y por eso calla en los momentos más dramáticos. En la palabras va a surgir lo imperfecto.

21)¿Qué significa el silencio para Chejov?

Para Chejov es importantísimo, el silencio contiene un millar de palabras que nunca serán pronunciadas. El silencio impresiona con más fuerza que un grito de furia.

22)¿Con qué retrata Chejov los momentos más dramáticos?

Los retrata con el silencio o con las pausas.

23)¿Qué pasa con las pausas en la obra?

Las pausas interrumpen los parlamentos de sus personajes. El silencio en Chejov habla y es precisamente lo que trabaja Stanilaski.  Danchenko 
era quien convenció a Stanilaski de poner en escena “La Gaviota”; había interpretado bien el espíritu de Chejov.

24)Las pausas ¿qué llenan?

Sonidos exteriores, le sirven los sonidos que descubre los estados de animo de los personajes y estos subrayan sus palabras. A las voces de los actores se unen las voces de la naturaleza.
Los personajes en el drama de Chejov están envueltos en los sonidos del mundo exterior.

25)¿Qué ocurre con el mundo inanimado?

El mundo inanimado cobra vida y sus voces siguen interpretando el drama. El sonido abre la última palabra, el hacha que golpea.


26)¿Qué ocurre con los personajes secundarios?

Ocupan un lugar privilegiado, son fundamentales para su teatro sino se da preeminencia a esos personajes secundarios no puede haber un teatro de Chejov.

27)¿Cuál es uno de los procedimientos típicos de Chejov?

Revelar el carácter, la calidad y el estado de ánimo de sus personajes protagónicos enfrentándolos con los personajes secundarios, haciéndolos reaccionar ante su presencia o bien ante sus acciones o ante sus palabras.

28)Según Chejov ¿cómo deberían actuar los personajes secundarios?

Sencillamente, naturalmente, busca la verdad, lo cual es muy difícil.

29)¿Cómo es la realidad de Chejov para actuarla?

El hombre tiene la verdad a la que quiere arribar y hay que interpretarla con goce, ternura y profesionalismo y sinceridad.

30)¿Cuál es el estilo al que recurre Chejov en sus obras?

El estilo es sencillo, los diálogos son coloquiales, no hay lenguaje literario en sus personajes, tienen incorrecciones, insuficiencias e incoherencias.
Hay personas que al hablar parecen tontas, sus frases son en apariencia ilógicas como si estuvieran varias incorrectamente construidas.

31)¿Qué busca Chejov en lo cotidiano e insignificante?

Busca conmover y en medio de todo busca belleza.

32)¿Qué otro autor toma también el tema de un ave?

Ibsen, en El pato silvestre, en El tío Vania se habla de un escritor mediocre y en La Gaviota el escritor también es mediocre. Nina es la Gaviota, vuela tranquila y pasa un cazador y la mata por matar.

33)¿Qué simboliza La Gaviota?

La inconciente gaviota cunado planea las aguas de un lago que es herida por el cazador, indiferencia del cazador y esto se compara con la suerte de la protagonista.

34) ¿Qué sociedad representa?

La sociedad del óseo y la indiferencia que simboliza la muerte de la gaviota por ninguna razón verdadera.

35) ¿Cómo están definidos los personajes?

Estos personajes repiten en monólogos pequeños sus propia idea fija y esa idea es producto de su angustia y de su fracaso encontrando un mundo de seres ambiguos y horrorosos. No están bien definidos.

36)¿Cómo se desarrolla la trama del Tío Vania y La Gaviota?

Se desarrolla casi sin que se lo advierta, el drama avanza lentamente, de repente, estalla el conflicto y vuelve a la calma y llega un momento en el que estalla y a la calma y es reabsorbido de manera natural y sin ruido. El transcurrir de una vida monótona.

37)¿Qué es lo que en definitiva ocurre en los dramas de Chejov?

En las obras de Chejov no encontramos combate entre héroes y heroínas que luchan hasta la derrota o la victoria final. Generalmente cuando se inicia un drama el personaje está derrotado. Los personajes no luchan, no tienen voluntad, están oprimidos y derrotados de antemano. Por la fatalidad enemiga se abandonan, paralizados por la fatalidad de sus vidas.

38) Si en los dramas conocidos el final de la catástrofe consistía en la muerte material o espiritual de los héroes, para Chejov ¿en qué consiste eso?

Lo más horrendo para él es seguir viviendo más todavía que la muerte. La vida como una condena arrastra la existencia gris y sin sentido, sin motivo tal como era ayer, como será mañana.

39)Los personajes ¿dónde se mueren?

En una atmósfera desolada y van y vienen como en un sollozo, ese sollozo está reprimido.

40)¿Cuál es el pensamiento final de su obra?

Es un pueblo moralmente destruido en las tinieblas del dolor, no ve brillar la fe, se doblega y se abandona convencido de que es inútil vivir y en vano rebelarse.


Madame Bovary


Literatura realista
A mediados del siglo XIX, el Romanticismo deja paso a un nuevo movimiento filosófico, cultural y artístico que ocupará lo que queda de siglo: el Realismo. Europa atraviesa una época caracterizada por los adelantos científicos y por los cambios y conflictos que algunos de ellos generan en los individuos y la sociedad. Los escritores intentarán describir esa realidad; de ahí el nombre que recibe esta corriente literaria.
De ese deseo de trasladar la realidad a los lectores lo más fielmente posible, derivan las principales características de la literatura realista:
o La sustitución de los temas intimistas, legendarios y fantásticos típicos del movimiento anterior (Romanticismo) por la descripción del mundo real y exterior: lo actual, lo cotidiano, lo fácilmente observable. De ahí el auge que experimenta la novela, el género literario más apto para reproducir la realidad.
o El intento de abarcar toda la realidad, tanto los ambientes familiares y sociales en que se mueven los personajes, como sus conflictos anímicos. Esto explica la minuciosidad con que se nos describe su pasado, el entorno en que se mueven, su evolución psicológica y sus ideas políticas, religiosas o morales. La literatura girará, pues, en torno a dos grandes ejes: lo social y lo psicológico.
o La tendencia a la omnisciencia del narrador. Para poder ofrecernos lo que piensan y sienten sus personajes, sus secretos más escondidos, sus deseos más ocultos, el narrador ha de convertirse en un ser omnisciente y omnipresente, cualidades que comparte con el lector, quien con frecuencia sabe de los personajes más que ellos mismos.
o El afán de objetividad del escritor, quien, para hacernos creíbles sus historias, intenta ocultarse evitando el punto de vista personal, tan propio del gusto romántico. Ello no impide tomar partido ante los graves problemas de su tiempo tales como los desequilibrios económicos, el paro, los conflictos sociales o la intolerancia religiosa entre otros.
Durante el último tercio del siglo, algunos escritores, influenciados por las corrientes filosóficas y científicas en boga, evolucionan hacia posturas más radicales. No se conforman con describir el comportamiento de sus personajes, sino que intentan demostrar que su carácter y su conducta están sujetos a leyes similares a las que rigen los fenómenos físicos. Este movimiento recibe el nombre de Naturalismo.
Entre los autores más destacados encontramos a Stendhal y a Balzac entre otros. Encontramos a Flaubert pero de él pero se hablará en otro apartado.
Stendhal
Henry Beyle que adoptó el pseudómino de Stendhal se aparta de los arrebatos del Romanticismo creando una obra fría y cerebral, basada en el análisis y la observación. Su capacidad para escudriñar el alma humana y su estilo claro y preciso, que él afirma haber aprendido en los códigos de leyes, lo convierten en el iniciador del movimiento realista y en un maestro de la novela psicológica. Con todo, sus héroes aún conservan el idealismo, la audacia y el individualismo de la época anterior.
En Rojo y negro relata las inútiles tentativas del hijo de un aldeano, cínico y ambicioso, por introducirse en la alta sociedad. Y en La cartuja de Parma presenta a otro aventurero, éste de familia aristocrática, quien, tras una serie de peripecias militares, políticas y amorosas, termina recluido en un monasterio.
Balzac
Honoré Balzac amaba, por encima de sus posibilidades, la riqueza, el lujo y los placeres, lo que le obligó a escribir constantemente para saldar sus deudas. Militó en los sectores políticos más reaccionarios, pero en su obra unas veces defiende el trono y el altar como los pilares básicos de la sociedad, y otras se identifica con el pueblo y critica a la burguesía y a la aristocracia.
Pensaba que el literato está obligado a ofrecer al lector un panorama completo de la sociedad ("Quiero explicar mi siglo" como diría el autor) por lo que proyectó una obra de enormes dimensiones, La Comedia Humana, que contendría "todos los tipos y todas las posiciones sociales, sin que una sola situación en la vida, una fisonomía, un carácter de hombre o mujer, una manera de vivir, una profesión, un aspecto social, ni cualquier otra cosa referente a la infancia, a la vejez, a la edad madura, o a la política, a la justicia y a la guerra haya sido olvidada". De las cien novelas que debía comprender en La Comedia Humana, Balzac sólo logró terminar veinticuatro y varias series de narraciones breves: Escenas de la vida privada, Escenas de la vida parisiense, Escena de la vida política... Entre las novelas larga destacamos Eugenia Grandet, su obra maestra, y Papá Goriot, la historia de un anciano que ama intensamente a sus hijas, quienes le corresponden dejándolo morir abandonado.ç

Gustave Flaubert: la biografía
El padre de Flaubert, Achille Flaubert era cirujano general. Su madre, era hija de un doctor del L' Évêque de Pont y perteneció a una familia de distinguidos magistrados, típica de la gran burguesía provinciana. 
Gustave Flaubert comenzó su carrera literaria en la escuela. Su primer trabajo fue publicado en Le Colibrí (1837). Cuando era aún muy joven conoció al filósofo Alfred Le Poittevin, con quien desarrolló una íntima amistad. La concepción pesimista del filósofo tuvo una fuerte influencia en él. No menos definitiva fue la impresión generada por el contacto con grandes cirujanos y el ambiente hospitalario, que vivió a través de la profesión de su padre. 
De todas formas, la inteligencia del novelista se agudizó en un sentido más general. Concibió una aversión fuerte de ideas aceptadas que compiló un "diccionario" para su propio entretenimiento. Él y Le Poittevin inventaron un personaje imaginario y grotesco al que llamaron "Le Garçon" (el Muchacho) a quien le dieron voz en toda clase de comentarios que a ellos les parecían degradantes. Detestaba la burguesía porque consideraba que "tiene una manera baja de pensar."
En noviembre de 1841, comenzó la carrera de Leyes en la Facultad de Ley de París. Sin embargo, a los 22 años y a consecuencia de una enfermedad nerviosa, abandonó los estudios y se consagró a la literatura. 
Cuando su padre murió en enero de 1846, se retiró junto con su madre a su propiedad en Croisset, cerca de Rouen, en el Seine. Aunque todavía no pudiera saberlo, pasaría el resto de su vida allí. 
Ese mismo año viajó a París y conoció a la poetisa Louise Colet que llegaría a ser su esposa, pero la relación no fue fácil. La forma obsesiva en que Flaubert protegía su independencia y los celos paranoicos de la mujer hicieron inevitable la separación, que se concretó en 1855.
En 1847, Flaubert había realizado una gira ambulante a lo largo de la costa de Bretaña con el escritor Maxime du Camp. Las páginas escritas por Flaubert en su periódico de esta gira "Alrededor de los Campos y Orillas" se publicó después de su muerte bajo ese título. Este libro contiene algunos rasgos de su mejor estilo.
Muchos trabajos de la madurez de Flaubert trataron asuntos acerca de los que había intentado escribir antes. A los 16 años, por ejemplo, completó el manuscrito de Memorias de un Hombre Enfadado donde revelaba su pasión devastadora por Elisa Schlésinger, una mujer 11 años mayor y esposa de un editor de música a quien Flaubert había conocido en 1836. Esta pasión sólo se reveló después de 35 años cuando Elisa había enviudado. Elisa fue el modelo que Flaubert utilizó para la creación de su personaje Marie Arnoux en su obra La educación sentimental. Antes de tomar forma definitiva, sin embargo, este trabajo sería vuelto a escribir en dos versiones 
Paso a paso la obra fue extendiéndose en un inmenso panorama de Francia bajo la Monarquía de Julio la lectura indispensable, según Georges Sorel, para cualquier historiador que estudia el período que precedió el golpe de estado de 1851.
La composición de La Tentación de San Antonio proporciona otro ejemplo de esa tenacidad en la persecución de la perfección que hizo que Flaubert volviera constantemente sobre sus escritos sin estar nunca plenamente satisfecho con los resultados.
En 1839, comenzó a escribir Smarh, producto de la intrépida ambición de Flaubert de dar su Fausto a la literatura francesa. Trabajó sobre esa tarea entre 1846-49, la retomó en 1856, y luego en 1870. Finalmente publicó el libro como La Tentación de San Antonio en 1874. Las cuatro versiones muestran cómo las ideas del autor cambiaron con el curso del tiempo. La versión de 1849, influenciada por la filosofía de Spinoza, es nihilista en su conclusión. En la segunda versión la escritura es menos difusa, pero la sustancia es la misma. La tercera versión muestra un respeto hacia lo religioso, nunca antes presente. Flaubert había comenzado a creer que la ciencia y la religión, en lugar de chocar, son más bien dos polos de pensamiento. La versión publicada incorporó un catálogo de errores en el campo de lo Desconocido (así como su obra Bouvard y Pécuchet iba a contener una lista de errores en el campo de Ciencia). 
Desde noviembre de 1849 hasta abril de 1851 Flaubert estuvo viajando por Egipto, Palestina, Siria, Turquía, Grecia, e Italia con Maxime du Camp. Antes de partir, sin embargo, él quiso terminar La Tentación de san Antonio y someterlo a revisión de su amigo el poeta Louis Bouilhet y de Maxime du Camp, para que ellos le brindaran su opinión sincera. Sus amigos lo condenaron sin piedad: -Arroja todo en el fuego y no mencionemos esto nunca más– le dijeron. Bouilhet fue más allá con su consejo: "Tu Musa debe conservarse en pan y agua o el lirismo la matará ..." 
Madame Bovary su obra maestra es un clásico basado en la historia común del adulterio pero de una profundidad y humanidad que pocas obras han podido alcanzar. Flaubert parece desprovisto de sentimientos hacia Emma Bovary: retrató desapasionadamente cada rasgo que pudiera iluminar la psicología de su personaje y su papel en el desarrollo lógico de su historia. Flaubert estaba señalando el principio de una nueva edad en la literatura.
Los méritos de La educación sentimental no pudieron apreciarse debido al complejo contexto social y Flaubert se vio muy defraudado. Dos de sus obras, El Sexo Débil y El Candidato, no alcanzaron tampoco el éxito esperado. Los últimos años de su vida, se vieron entristecidos por los problemas financieros. En 1875, el marido de su sobrina Caroline, Ernest Commanville, un importador de madera, se encontró con una pesada deuda y Flaubert sacrificó su propia fortuna para salvarlo de la quiebra. 
Flaubert buscó el consuelo en su trabajo y en la amistad de George Sand, Ivan Turgenev, y los novelistas más jóvenes - Émile Zola, Alphonse Daudet, y, sobre todo, Maupassant.
El objetivo de Flaubert en el arte fue crear la belleza, y esta concepción chocó a menudo con los problemas morales y sociales que representaba retratar la realidad. Trabajó despacio y cuidadosamente, y, a medida que trabajaba, su idea acerca del arte se volvía más exacta. 
Su ambición fue lograr un estilo "tan rítmico como el verso y tan preciso como el idioma de ciencia" (la carta a Louise Colet del 24 de abril de 1852). 
Repetía a menudo que no existía cosa tal como un sinónimo y que un escritor tenía que rastrear "la única palabra correcta" para concretar su idea con precisión. Pero al mismo tiempo, siempre quiso dar una cadencia y una armonía de sílabas sonoras a su prosa, para que no sólo apelara a la inteligencia del lector sino también a su subconsciente, de la misma manera que lo hace la música, así tiene un efecto más penetrante que el sentido no más de las palabras a su valor de la cara. La composición para él era una angustia real.
Flaubert murió de repente de un golpe apopléjico. Dejó en su mesa una página inacabada y notas para el segundo volumen de una novela. 

¿Genio CONSTANTE o genio TRANSCRIPTOR?
La literatura francesa no conoce autores de la talla de Dante, Shakespeare o Dostoievski pero, sin embargo, debe reconocérsele su carácter de manantial donde desde los orígenes ha manado una corriente constante de autores y no se ha visto asolada por el general quebrantamiento que en ocasiones y por diversas causas ha asolado al resto de literaturas modernas. Esa abundancia de talentos se ha convertido en paliativo de la carencia de grandes figuras como las citadas anteriormente, haciendo de esta literatura la más completa de cuantas existen y la única en que se hallan representadas todas las épocas con una riqueza considerable tanto en cantidad como en calidad. Podría decirse, pues, que lo característico del genio literario francés está precisamente en la no-existencia de aquello que generalmente entendemos como genio y que se haya sustituido por una inteligencia mesurada y una increíble capacidad de constancia y de autocrítica.
Ejemplo claro de lo que acabamos de decir es Madame Bovary de Gustave Flaubert que a pesar de que según algunos autores es, en cierto modo, una de las mejores obras jamás escritas no es exactamente un modelo de inspiración improvisada. Recordemos lo que de ella se cuenta. Cuando Flaubert contaba con solo veintiocho años acabó su primera versión de La tentación de san Antonio. Para conocer la opinión de sus amigos, aquellos que siempre le aconsejaban, los reunió en su finca para leérsela. Estos amigos eran Louis Bouilhet y Máxime du Camp. Este último confiesa que la impresión de aquella lectura fue desastrosa y ambos le aconsejaron que desistiese de publicarla. Le incitaron, además, a que se dedicase a la literatura realista y a que se inspirase en un caso acaecido de veras. 
Precisamente el año anterior la mujer del médico de una aldea cercana a Ruán se había suicidado envenenándose. Dicho médico estaba casado en segundas nupcias con esta mujer y lo había estado en primeras con una viuda fallecida años atrás. La existencia demostrada de estos personajes se convierte en argumento de aquellos que afirman que esta obra es una mera trascripción. No obstante, Flaubert, lejos de rendirse ante esto se defiende diciendo "Madame Bovary no tiene nada de verdadero. Es una historia totalmente inventada, en la que no he puesto nada de mis sentimientos ni de mi existencia". También dijo lo siguiente " Ningún modelo posó para mí. Madame Bovary es pura invención. Todos los personajes son totalmente imaginarios, y el mismísimo Yonville- l´Abbaye es un lugar que no existe en modo alguno, lo mismo que la Rieulle, etc. Lo que no impide que aquí, en Normandía, se haya querido descubrir en mi novela una multitud de alusiones. Si yo me hubiera servido de éstas, mis retratos tendrían menos parecido, porque hubiera tenido a la vista personalidades cuando lo que quise, por el contrario, fue reproducir tipos"
Estas afirmaciones tan tajantes deben ser entendidas como un intento de respetar la memoria de aquella mujer que había muerto envenenada pocos años atrás y no dañarla haciendo creer que ella y Madame Bovary eran la misma persona. 
Pero volviendo al momento en que sus amigos dieron su opinión acerca de La tentación de san Antonio, Flaubert, se inclinó ante el parecer de estos desistiendo en su intento de publicar la novela y optó por irse de viaje. Lo hizo precisamente acompañado por Máxime du Camp. El viaje duró dos años desde el otoño de 1849 hasta el de 1851 y se centró por zonas como Egipto, Palestina, Grecia y Siria. A la vuelta del viaje, Flaubert llegó muy cambiado, la profunda decepción que le causaron estos países fueron un efecto decisivo en su trayectoria, tanto, que optó por el realismo de Madame Bovary. Una vez hubo regresado, volvió a convocar a sus amigos en su finca para comunicarles su decisión de seguir el consejo dado antes del viaje, corría el mes de octubre de 1851 y en diciembre de ese mismo año empezaba la composición de Madame Bovary. Obra que terminaría en abril de 1856, casi cuatro años y medio después.
Es esto precisamente lo que argumentan aquellos que defienden la obra de Flaubert y que dicen que Madame Bovary se debió a los consejos de los amigos de Flaubert el cual supo acatarlos con una humildad virtuosa de la que volverá a dar muestras en otras ocasiones como en su obra Salambô en la que como ya ocurría en La tentación de san Antonio Flaubert había escrito un mamotreto imposible de leer. En Salambô, su propósito no había sido en modo alguno "fijar un espejismo aplicando a la Antigüedad los procedimientos de la novela moderna y procurando ser sencillo" como él mismo diría después. Él había querido escribirla a la manera de un poema en prosa. Las frases constituían una sucesión de versículos ritmados. Con ese procedimiento se lograba una monotonía aplastante; además de utilizar los lances más rebuscados con los que trataba de dar la sensación de poema épico en prosa. Pero tras leerlo a sus amigos y ante los comentarios de estos, Flaubert optó por rehacer completamente la novela.
Tras haber visto las dos versiones sobre el origen de Madame Bovary cabe decir que con independencia de que sea inventada o mera trascripción, lo cierto es que se trata de una de las mejores novelas de todos los tiempos. A pesar de que sus fracasos en La tentación de san Antonio y Salambô parecen colocar a su autor lejos de aquellos grandes maestros que citamos en un principio lo cierto es que le dejan como fiel representante de la literatura francesa y de su genio trabajador y constante. 
Si atendemos a lo realmente demostrado la obra no puede calificarse solo de realista o solo como trascripción, Flaubert se inspiró en la realidad pero supo darle su toque personal como el mago del estilo que era. Por eso sus personajes son y no son aquellos que realmente le sirvieron de modelo. Son, sí, en cierto modo aquellos habitantes de la aldea cercana a Ruán, pero por encima de todo, aquellos personajes, son Flaubert. 
Este autor, entusiasta de Cervantes probablemente conocía la anécdota de Alfred de Vigny que afirma que al preguntar a Cervantes en el momento de la muerte a quien había querido retratar con el Quijote, este respondió "A mí" y es muy posible que fuese esto lo que le inspirase su famosa frase "Madame Bovary c´est moi" ("Madame Bovary soy yo").
Y es que este autor supo sumergirse tanto en su obra que llegó a identificarse con su protagonista. Él mismo insistía en lo maravilloso de deslizarse con otra personalidad por el universo que cada escritor crea al escribir una novela. Respecto al paseo de Emma y Rodolphe a caballo, afirmó "Hoy, por ejemplo, hombre y mujer a la vez, amante y amada, me paseé a caballo por un bosque, una tarde de otoño, bajo las hojas amarillas, y yo era los caballos, las hojas, el viento, las palabras que se decían y el sol rojo que les hacía entornar los párpados anegadosà de amor" tal era el grado de abstracción de Flaubert al ponerse frente a la hoja en blanco. Tanto y tanto llegó a sentirse parte de su obra que el propio Flaubert se atreve a afirmar que mientras redactaba el pasaje del suicidio pudo sentir los efectos del arsénico que ingería la adúltera. Esto está demostrado en una carta que el mismo escribió y en la que decía lo siguiente: "Sentía tan verdaderamente el gusto del arsénico en la boca, estaba tan envenenado yo mismo, que sufrí dos indigestiones una tras otra, dos indigestiones reales, con vómitos".
Todo lo afirmado por Flaubert no es debe extrañarnos pues en cuanto a su forma de trasladar los seres humanos como personajes a sus obras su procedimiento es mucho más sutil y complejo que el empleado al trasladar lugares. Y no es para menos, no se debe tratar igual a una persona que a un lugar. Si nos fijamos por ejemplo en el caso de Emma,, Flaubert parte de la mujer del médico de la aldea cercana a Ruán. La existencia de esta como ya dijimos está realmente demostrada, y de hecho su tumba se hallaba en el cementerio de la aldea en que vivió y actualmente existe un fragmento de la lápida. Se sabe de ella que era morena y que poseía un gusto refinado por el aderezo interior de su casa y también que gustaba de asistir a las fiestas normandas además de ser harto conocido su entusiasmo por las novelas. Pues bien todos estos detalles se encuentran en la novela con la única mutación de los nombres propios que Flaubert se tomó la molestia de cambiar. Pero la cosa no queda ahí, Flaubert no bebió solo de la fuente de inspiración de esta mujer, sino que se sirvió también de la mujer de un escultor amigo suyo a la que, en la bohemia del taller de su esposo, le gustaba rememorar pasadas andaduras y devaneos y referirlos a los amigos de este, entre los cuales, como ya hemos dicho, se hallaba Flaubert. Pero lejos de contentarse con esto, esta mujer se tomó la molestia de redactarlos. Al hallarse las memorias de esta entre los papeles de este autor se sospecha que fuese este quien le incitase a escribirlos.
Pues bien de la síntesis de estas dos mujeres, la mujer del médico con su gusto por las fiestas y las novelas y la mujer de su amigo, con sus devaneos y andaduras, de esta compleja mezcla, surgió Madame Bovary. 
Por lo que no fue solo la realidad lo que Flaubert reflejó en su obra, es su complejidad a la hora de tratar los personajes lo que hace que no podamos calificar la obra como mera trascripción pero al servirse de la realidad, aún solo partiendo de ella, impide que podamos tildarla de pura inspiración. 

El adulterio: Flaubert y Dostoievski
Son muchos y muy variados los autores que a lo largo de la historia han tratado este tema en sus textos. Son textos tan variados que van desde el Antiguo Testamento ( con el rey David y Betsabé la esposa de Urías) a los Dramas de honor de Calderón de la Barca pasando por La leyenda del rey Arturo. Desde muy variadas perspectivas morales, han tocado el adulterio creaciones tan diversas como los Cuentos de Canterbury, de Geoffrey Chaucer; Otelo, de William Shakespeare; La letra escarlata, de Nathaniel Hawthorne; Divinas palabras, de Ramón María del Valle Inclán; La regenta, de Leopoldo Alas y Ureña; y Reflejos en un ojo dorado, de Carson McCullers. Se ha tratado, además, en la novela libertina francesa y sobretodo, en la novela del siglo XIX y es que esta última es la que trata el tema con mayor fruición. 
Dentro de la novela del siglo XIX encontramos a Madame Bovary de Flaubert. Cuando esta novela apareció provocó un gran escándalo y su autor fue juzgado por "ofensas a la moral y a la religión". Quizás contribuyó a ello el hecho de que en la obra de Flaubert parezca entreverse el adulterio como una de las costumbres provincianas cuando lo que en realidad hace es encuadrar la obra con el conjunto de novelas de "segunda categoría" al teñirse de aspectos "costumbristas" o "regionales".
Hasta entonces siempre se había separado lo sagrado de lo profano. Esto es algo que se le achaca a Madame Bovary y es que en diversos pasajes de esta obra encontramos esta sacrílega mezcolanza. Uno de los más importante es el momento en que en la agonía, mientras el sacerdote recita los versos sagrados, un ciego entona desde la calle una canción profana que llega hasta Emma y excitándole le provoca una risa estridente y excéntrica al creer ver la horrible faz del miserable resurgiendo de las eternas tinieblas en su busca.
La lectura de la obra de Flaubert, inspiró a Dostievski su Eterno Marido publicado en 1970. Este hecho es bastante conocido, lo raro es que flaubertianos tan devotos como Maynial no hagan referencia a este influjo y sin embargo insistan en el que ejerció sobre autores franceses de escaso interés fuera de su patria.
Dostoievski supo dar al tema una mayor profundidad psíquica, ética y religiosa. El título en sí de la obra implica cierto sarcasmo que no se aviene con lo estrictamente religioso y es que hay piensa que la obra debería llamarse El eterno cornudo pero quien sabe si más por cierta decencia mal entendida le puso El eterno marido.
El tema de ambas obras es casi estrictamente el mismo: el adulterio de la esposa, descubierto por el marido después de la muerte de esta y las fatales consecuencias de todo ello. El adulterio va parejo de la expiación y es esta la idea que Dostoievski toma de la obra de Flaubert.
En esencia, el tema de Madame Bovary y el de El eterno marido son como ya hemos dicho casi el mismo sin embargo existen ciertas divergencias que evidencian las diferencias entre los autores, el escepticismo de Flaubert y el carácter ortodoxo de Dostoievski. En la obra del primero, los devaneos de Emma ocupan casi toda la novela, sin embargo, en El eterno marido se dan por supuestos y el relato empieza mucho después de la muerte de la adultera y es que lo que interesa a Dostoievski, no es el adulterio en sí, sino las horribles consecuencias, que en la obra de Flaubert solo forman el final.
En la obra de Dostoievski, quien expía el delito no es el que lo ha cometido porque la infidelidad se descubre una vez fallecida la adúltera, sino su marido y además de este la parte más inocente de la historia, la hija de ambos. Con ello no teme mira cara a cara uno de los "misterios de iniquidadà " más incomprensibles.
De ello ya se encuentra el embrión en Madame Bovary donde Charles, viudo inconsolable, descubre las pruebas del adulterio jamás sospechado. Su pesar es tal que muere por consunciónà y tras esto la desdicha viene a recaer sobre la hija, la parte más inocente de la historia. En la obra de Dostoievski esta muere de miseria fisiológica después de una infancia tan corta como infernal. En Madame Bovary, sin embargo, la chica es recogida por un familiar que le hace trabajar para ganarse la vida.
Hemos dicho que en El eterno marido quienes expían el delito son el marido y la hija de la adúltera pero en Madame Bovary, la culpable expió antes su delito de un modo tal que hace palidecer lo que viene después. Flaubert se recrea en la narración del desastroso final de Emma desde el embargo hasta el suicidio y el posterior entierro. Tanto que utiliza para ello unas cuarenta páginas, mientras que la desdicha del marido, desde que descubre las cartas hasta el momento de su muerte abarca tan solo par de ellas. En lo que Flaubert resolvió en un par de páginas, Dostoievski, descubrió el núcleo del tema del adulterio: sus desastrosas consecuencias que recaen en las partes inocentes de la historia. Esto sobrecoge al lector y le hace sentir todas las repercusiones del adulterio por descargar la expiación del delito sobre la cabecita infantil, la parte más inocente de la obra.
Pero lo cierto es que no podemos acusar a la obra por "ofensas a la religión y a la moral" como lo hicieron sus coetáneos. Para los cristianos esta obra será lección de moral, pues si en algo peca Madame Bovary es en su severa moralidad, por el carácter implacable del castigo que no llega a atenuar una clara esperanza en otra vida donde Flaubert hace gala de su ya proverbial escepticismo.


Emma Bovary, el personaje
Emma Bovary es un personaje complejo. Reunía egoísmo y avaricia pero a la vez, Emma es un ser ingenuo que despierta cierto sentimiento de lástima en el lector. Es un personaje inadaptado que podría equipararse a Don Quijote, el personaje de Cervantes, pues al igual que este, intenta hacer realidad su sueño en un mundo que no es el suyo. La lectura lo mismo que al hidalgo manchego le ocasiona la pérdida de la razón a Don Quijote y del sentido de la moral a ella. 
Su madre murió cuando ella era joven y se refugió del mundo real dentro del convento y en la granja de su padre, lugares en los que se repartió su adolescencia. En núcleo cerrado del convento, ajena a todo lo que fuera de sus paredes sucedía, Emma se dejó eclipsar por los personajes de los libros que ha escondidas leía. Se creó la idea de que en el mundo exterior las cosas pasaban tal y como narraban las novelas que tanto le gustaban. Se imaginaba caballeros apuestos de modos gentiles y le gustaba pensar que algún día ella sería como una de aquellas damas que vivían amores apasionados.
Cuando Emma conoció a Charles accedió a casarse con él pues imaginaba que la vida junto a él sería como aquella que tantas y tantas veces había leído. Evidentemente el mundo no es como lo pintan en una novela y Emma acabó por darse cuenta de ello. Cuando descubrió que Charles no tenía nada en común con aquellos caballeros apuestos y que su vida junto a él nada tenía que ver con las de las protagonistas de las novelas, Emma se volvió una mujer desilusionada y apática. Culpaba a Charles de todo cuanto le pasaba y es que según ella todo se debía al carácter en exceso bonachón de su marido y del escaso interés de este por ascender a pesar de los intentos de este por tener a su amada esposa contenta nada era suficiente para contentar a Emma.
Aún sin comprender demasiado bien que era simplemente la mujer de un médico de provincia, Emma se afanaba por aparentar un estatus que no era el suyo y que difícilmente podía mantener. Se negaba a ver que ella nada tenía en común con aquellas damas de alta cuna a las que tanto admiraba y las que se esforzaba por imitar. Para ello adquiría gran cantidad de artículos de lujo en la tienda de Lheureux. Para sufragar los gastos se veía obligada a vender propiedades de su marido sin que este tuviese conocimiento de las gestiones comerciales de su mujer.
Pero Emma no solo engañaba a su marido en cuestiones económicas sino que también lo hacía en cuestiones sentimentales. En cierta ocasión le dijo a Charles que recibía clases de piano en la ciudad cuando en realidad utilizaba el dinero que su marido le daba para pagar esas clases en una habitación de hotel donde se reunía con su amante León. También compró una vez una pulsera de oro para su segundo amante mientras que no se menciona la compra de ningún tipo de regalo ni para su hija ni para su marido.
En estos amores furtivos, Emma, buscaba vivir y conocer las emociones relatadas en las novelas leídas en su juventud. En realidad, estos amores se acercaban bastante más que Charles al prototipo de hombre perfecto que Emma se había fijado en su mente y en su corazón. Eran más apuestos y más simpáticos, pero tenían los modos burdos que también veía en Charles y que tanto detestaba.
El entusiasmo de Emma por el estatus de vida de los ricos, se hizo más fuerte cuando asistió a la fiesta de La Vaubeyessard donde el lujo y el glamour le hacen recordar los ambientes descritos en sus novelas y le descubren que es posible crear un universo así en el mundo real y esto le lleva a incrementar el resentimiento hacia Charles y su conformidad que tanto repelía.
Pero no se puede culpar a Emma de nada de lo que hizo, ni de su afán por encuadrarse con las damas de alta cuna ni por sus infidelidades a Charles. No es culpa suya que en medio de aquella reclusión en el convento y los días en la granja de su padre las lecturas le hicieran crearse un universo propio, donde las mujeres vestían lujosos ropajes y los hombres eran auténticos caballeros. Si de algo se le puede acusar es de ingenuidad por creer que todo aquello que se narraba en las novelas podría llegar a ser cierto. Por creer también en las cartas de Rodolphe que le hicieron creer que realmente se irían juntos y que por fin viviría todas aquellas aventuras soñadas. Parecía además desconocer las reglas más básicas que rigen el mundo real y es que cuando compraba en la tienda de Lheureux lo hacía sin pensar que luego habría de pagarlo.
Emma, es en resumen, un personaje carente de voluntad que a merced de los acontecimientos o de los instintos, camina hacia el caos inexorablemente. 
Con todo ello Flaubert pretende poner de manifiesto tanto las falsedades de la educación romántica, como la mediocre y insípida vida burguesa.

La orgía perpetua. Flaubert y "Madame Bovary"
Insiste Vargas Llosa en la existencia de tres formas de realizar la crítica de una novela. La primera desde el punto de vista individual y subjetivo, por la impresión que la obra deja en el lector. Una segunda se refiere al punto de vista objetivo, con pretensiones científicas y en función de reglas universales, esto es, analizando lo que la historia es, las fuentes que utiliza, el lenguaje de que se sirve o el modo de tratar factores como el tiempo. La tercera y última se refiere más a la historia de la literatura que a la crítica en sí, es decir, en función de las novelas que se escribieron antes o después. 
Pues bien, cada una de estas posiciones aplicadas a Madame Bovary constituye una parte del penetrante estudio de Vargas Llosa.
En la primera, Vargas Llosa, evoca su relación con la novela de Flaubert, en la que destaca su carácter de obra construida con orden riguroso, la descripción de la vida objetiva, concreta y de acción y sus características temáticas de rebeldía, melodrama y sexo.
En la segunda, tras analizar las condiciones que dieron lugar al nacimiento de esta obra analiza la transfiguración que lleva a cabo el autor para convertir en obra de arte la realidad, mediante el estilo, a partir del tema y de los personajes, así como del tiempo y del punto de vista del narrador.
Finalmente en la tercera, presenta a Madame Bovary como la primera novela moderna. Vargas Llosa con su complejidad y su profundidad ha analizado la "orgía perpetua" de Madame Bovary en toda su plenitud y hasta sus últimas consecuencias con una maestría con la que pocos o muy pocos autores podrían haberlo hecho
A continuación se refieren detalles que hacen alusión a aspectos formales de esta obra tales como las ediciones o las partes y sub-partes que lo componen entre otras. Si analizamos las partes que conforman el ensayo veremos que se corresponde con lo anteriormente citado.
Madame Bovary figura en la historia de las letras como una de las piezas más acabadas de la literatura francesa y como el canon de la novela realista. Antes de Madame Bovary, Balzac, Stendhal, Merimé, son precursores del llamado realismo novelesco; después, Zola, Maupassant, los Goncourt, etc. desplazan el objetivo de la novela a un experimentalismo científico, que la convierte en "documento humano". Pero es claro que el mérito de Madame Bovary no estriba solo en haber establecido las características de una escuela, sino en haber creado unos cuantos personajes-tipo sobre un escenario eterno.
Los héroes de esta novela son —naturalmente— antihéroes, seres hechos para morir sin dejar rastro de su paso, ni por su espíritu ni por sus hazañas; mas la propiedad de representar el barro humano, en toda la mezquindad de su materia, es lo que da a sus vidas un rasgo de tragedia colectiva. La retina de Flaubert es impecable en el registro de la vulgaridad, de la pequeña vanidad, de la impostura, de las miserables ilusiones.
La esposa de Carlos Bovary, Madame Bovary, ha pasado a ser el símbolo de la belleza sensual en posesión de ciertos principios de educación femenina, de esa cultura "de adorno" que infunde en la joven burguesa el tedio de convivir con un hombre de incurable atonía mental, médico de pueblo, tan abnegado en el amor a su esposa como incapaz de superarse en la profesión, en el gusto o en las ideas... "Los burgueses son tontos —ha escrito Flaubert—, pero la mujer, que aspira a la vida de artista, es lo más tonto de todo". Sin embargo nada hay más tonto que ese Carlos Bovary, inclinado a reverenciar, sin comprender, la "agitación intelectual" de su infeliz esposa.
De igual modo, el boticario, monsieur Homais, se ha hecho universal. Es el pequeño burgués, ya nieto de la revolución francesa, cuya diosa razón se adorna con el manto de la ciencia. Su petulancia ideológica, trasegada de unas cuantas lecturas, de los discursos parlamentarios y los artículos de fondo de la prensa anticlerical y progresista, crean en él una superioridad locuaz, de laico mentor, en el reducido medio de Yonville, donde su botica es el faro de la educación ciudadana. Junto a éste, el cura Bournisien es el campesino cerril que desempeña su oficio con la concienzuda rutina de un zapatero remendón.
. ESTRUCTURA
La novela está dividida en tres partes, dotada cada una de ellas de nueve, quince y once capítulos respectivamente. De igual manera, son tres los principales escenarios en los que se desarrolla lo principal de la acción novelesca: Tostes y sus alrededores en la primera parte, Yonville en la segunda, y Rouán y periferia en la tercera.
Tres son también los acontecimientos eje de los respectivos lugares de la acción narrativa:
1) La boda de Emma con Carlos y la asistencia del matrimonio al baile celebrado en Vanleyssard, mansión del marqués de Audervilliers.
2) El traslado del matrimonio Bovary a Yonville, donde tienen lugar el conocimiento de Rodolfo y Emma, la seducción por parte de éste y las relaciones entre ambos.
3) El desplazamiento del matrimonio Bovary a Rouán para asistir a la ópera: encuentro con León, antiguo pasante en Yonville y establecimiento de relaciones amorosas por parte de Emma.
Del mismo modo se resuelven en graves crisis nerviosas las relaciones amorosas de cada una de las partes:
1) Principio de una depresión nerviosa en Tostes, tras la asistencia al baile del marqués de Audervilliers.
2) Grave crisis nerviosa con un lento proceso de recuperación en la segunda, tras el abandono 
3de Rodolfo y la negativa de "llevarla consigo",como amante, fuera de Yonville, a París.
3) Gran decepción, humillación y suicidio ante el embargo de sus posesiones y la negativa de León a "robar" el dinero necesario para pagar la cantidad adeudada.
En esta disposición trial de la estructura narrativa de Madame Bovary puede descubrirse quizá una cierta relación con la distribución y estructura de una obra dramática. Desde este punto de vista las partes de la novela serían parangonables a la exposición, nudo y desenlace, propias de la acción dramática, salvadas las distancias que, y como géneros literarios diferentes, median entre la novela y el drama.
De esta manera, la primera parte —acción desarrollada en Tostes— sería la exposición, planteamiento del problema, primer perfil de Emma, así como la aproximación a su intrincado y cambiante ego desde el punto de vista psicológico.
La segunda parte, con el traslado del matrimonio Bovary a Yonville, las relaciones de Emma con Rodolfo, la ruptura y la segunda grave crisis nerviosa, vendría a corresponderse con el nudo de una acción dramática.
Y la tercera parte, con el desplazamiento del matrimonio Bovary a Rouán para asistir a la ópera, el encuentro con León la decepción amorosa y el suicidio, así como el descubrimiento de todo a cargo de Carlos Bovary, coincidiría con el desenlace de una obra dramática.
La estructura típicamente narrativa de Madame Bovary, avalada por tantos otros elementos 
como el tratamiento del paisaje, la descripción pormenorizada del entorno vital, mobiliario y demás enseres, tratamiento de personajes, utilización reiterada de la tercera persona como medio expositivo de los acontecimientos, juego del tiempo narrativo, con alternancia de sucesos presentes, evocación retrospectiva del pasado, bien en forma de relato o de recuerdo, así como la prospección hacia el futuro en forma de deseo o proyecto. De igual manera está presente la voz del narrador, recurso tan propio de la novela, adelantando hechos no aprehensibles de otra manera para el lector, o emitiendo juicios de valor, opiniones personales, etc. En resumidas cuentas una perspectiva —tradicional en la novela del siglo XIX— que presenta al autor como "narrador omnisciente".
Todo esto lo conjuga Flaubert, sin renunciar a la utilización del diálogo —recurso tan propio del teatro— para conseguir a través de él la vivacidad de la novela, la sensación del lector de formar parte de la acción a guisa de espectador. También utiliza el dialogo como un medio de dejar en libertad a los personajes, para que sean ellos los que nos presenten sus ideas, actitudes, y, en última instancia, sus vidas.